lunes, 30 de julio de 2007

Ven, vamos al mar.

"Sólo el mar es igual, profundo y azul
más grande que yo, más grande que tú."
Menguante, Pedro Guerra
.
-¿Vamos al mar?

-¿Por qué al mar?

-A caminar junto a él, a contemplarlo, hace que fluyan las palabras y las ideas.

-Le tengo miedo al mar.

-Ah... disculpa, no lo sabía.

(Miradas suspendidas en el aire y un silencio largo y sepulcral)

-¿Alguna mala experiencia, frustración de la infancia, tabú...?

-No. Nada de eso. ¿Para qué quieres saber? Sencillamente no quiero ir al mar y punto. ¿No da lo mismo caminar aquí que allá? También aquí podemos conversar, sólo basta con acostumbrarse al smog y al ruido de los motores de los automóviles y de sus bocinas. Y al murmullo citadino... y al subyugante sol... y al calor... y...

-Realmente creo que deberíamos ir a otro lugar. O bien, ir al mar, nos caería bien. Prometo no hacer ninguna broma pesada. Incluso podemos caminar por la otra acera. Puedes hasta ni mirarlo. Toma, te presto mis gafas.

-¿Y el sonido? Me abrumaría...

-¡Dios! Siempre tienes que ponerle un pero a todo. Bien. Quedémonos aquí, a ver cuánto aguantamos. Hasta que me harte, te de un beso y me largue. Pero no de ti, amor, de lo que mencionaste.

-No le temo al mar.

-Ahora no le temes... ¡¿Entonces?!... Y todavía sigo soprendiéndome... Igual no te creí, eso es absurdo.

-No le temo... mas bien me pone triste.

-Ya eso es otra cosa. Giro 180 al asunto. A ver, te escucho.

-No sé. Son sus formas. Formas amorfas. ¿Alguna vez te has detenido a pensar cuál es la verdadera forma del mar? Y su color, me acongoja verlo así, todo azul, tan ficticio y mutante. Al igual que su forma. Y todo es culpa de la luz y su espectro.

-Y del agua también.

-Sí. También tiene que ver en la forma. Pero el mar no es sólo agua.

-Y que más es el mar entonces?

-Un manojo de misterios. ¿Cuáles? No sé. Y no puedo describir la sensación que me provoca estar ahí frente a él, y ver ese verdeazul (marrón) intenso, marino con toda su profundidad, que me invita a a sumergirme en él, a buscar porque a los porqués, pero no. Siempre viene el cielo, también azul, a evitarlo todo, blanco-azul difuminado, color sosiego, que me viste de no-conocer. Porque sólo él sabe, que si me tiro estoy perdida. Pero tampoco ahí quiero quedarme, entonces me quedo suspendida en aquella línea imaginaria, tan bien delimitada, entre el cielo y el mar. En la línea de mi eterno dilema, confundida, con la impotencia de elegir. En aquella línea que si giras tu cabeza te da la certera impresión de que el mundo es redondo. Cuando era niña una vez creí eso. Por eso el mar también te da respuestas.

-Ya veo, entiendo... bueno, en verdad no, menos que antes.

-Bien, te explico: es que el mar no es sólo mar. Es cielo, y viento. Y corales y peces. Y naturaleza.Y tu y yo. Y todos y todas. Es materia y es energía. Es literatura y poesía. Es necedad y subversión. Y sonrisas y flores. Pero también respuestas y más misterios. Y así me mantengo en la línea, girando mi cabeza para todos los lados.

-¿Y respecto al sonido? ¿Por qué dices que te abrumaría?

-Es como si me gritara o me susurrara. O me hablara de sus misterios, me los revelara, y aún así siguen siendo indescifrables. Mientras yo tan sólo lo miro, tratando de ocultar la cara de tonta, de la que no entiende nada. Pero a veces es inevitable, y se da cuenta.

-¿Y cuál es el problema con que se de cuenta? Todo el mundo guarda misterios para sí, algunos más que otros. Tú misma estas llena de misterios, y aunque me los cuentes, sigo sin entenderlos, como este por ejemplo. Y es lo que me enloquece...

-Me preocupa sabes, que se de cuenta. Porque cuando lo hace no me dice nada. Y he aquí el por qué me abruma. El eco de su silencio retumbando en mi cabeza. Aún tengo pesadillas.

-Ahora entiendo. Y en vista de eso, a mí también me pone triste. Creo que ese mar tiene nombre... me aclararías tantas cosas si me afirmaras eso.

-No, no lo tiene, tenlo por seguro. Y tampoco es lo que entendiste. Creo que tienes razón. Tal vez me asentaría bien ir al mar, que me desafíe una vez más a dejarme tocar el rostro por sus gotas saladas cuando el oleaje choque contra el acantilado, para secarme por dentro. O a respirar el olor a salitre yodado, es bueno para la salud, previene el bocio. Ahogarme, -o tal vez des-, gritándole reproches que tú no entenderías, quizás tampoco yo, solo él. Luego darle la espalda por unos segundos, mirarle nueva vez, sonreírle y dejarlo que me abrace.

-Y darte un beso.

-Sí, que me des un beso abrazada a él. Para ver la furia de su marea. No sólo la luna lo inquieta.

-Todavía sigo sin creerte.

-No me hagas caso. Sólo estoy un poco loca. Ven, vamos al mar.

martes, 17 de julio de 2007

Poner títulos no es mi especialidad.

Se escurrió como polvo
entre las pestañas
de un abrir y cerrar
de mi ojo izquierdo,

se esfumó en las entrañas
de un suspiro entrecortado
que murió cuando apenas
lo concebía en mi pecho,

se marchó hecho trizas
por los constantes martillazos
de mis dedos en el teclado,

se enredó en el mareo circular
de la manecilla minutera del reloj
a las exactas doce menos cuarto,

se me deslizó fluido
por las ranuritas de los dedos,
mientras mis rústicas manos
trataban de atarlo, para siempre
a una de sus hebras de cabello,

o lo recogían en puñados de arena
para perpetuarlo en un castillo
desafiado por las olas, a rendirse
y en el fondo del roto del bolsillo.

lunes, 16 de julio de 2007

Réquiem

En memoria del sr. Eleuterio.
Paciente de cáncer terminal.
Buzo de profesión.



Anciano de triste mirada
que no cree en la eternidad
aguardando por su destino
en la cama de algún hospital.

Los médicos murmuraban
en su mal no hay solución
mas a mi sólo me importa
Lo que hay en su corazón.

Yo sé que es usted buzo
me dijo ayer la enfermera
que usted buscaba corales
y nadaba con las ballenas.

Cuénteme sus hazañas
mientras tomo su presión
con mis manos de aprendiz
calmando así mi temblor.

También sé a que ha venido
por qué aquí ha de parar:
a contarme como es el mundo
allá, en el fondo del mar.

Como una leyenda fantástica
lo recordaré hasta morir:
como en los cuentos de Verne
o la historia de Moby Dick.

ELECCIÓN

¿Ser o no ser?
¿Víctima o asesino?
¿Reo o verdugo?
¿Proletariado o burguesía?

Pues entonces NO SOY.

sábado, 14 de julio de 2007

Asumiendo

A medio paso de tu amor
erré el camino y me perdí
ni siquiera a tientas pude

encontrar la ruta hacia ti.

No sé quien robó los cables
ni donde fue a dar el mapa
tal vez se esfumó en la brisa
o fue a parar a la nada.

No dejé dañar la brújula
esta vez se me perdió.
No sé si fue por azar
o por equivocación.

Dudando de nuestras dudas
sobre un hilo titubeaba,
mientras tu suave simetría
en otros labios encajaba.

Se desgarró un poco el corazón
te incrustaste como un anzuelo
dolieron (un) tanto las heridas
fue difícil sacarte de adentro.

No sólo entendí mis razones
sino también las tuyas,
no se puede atascar el amor
hay que dejarlo que fluya.

Pero hoy he vuelto a sonreír
igual el mundo sigue girando,
ya que el muerto se murió
ya que al fin pude enterrarlo.

De eso se trata la vida
de curarse y saber aprender
hasta que alguien te rescata
y te vuelve a enfermar otra vez.

jueves, 12 de julio de 2007

Me levanté con el pie izquierdo.

"Somos con historia, somos por la historia
y no a pesar de ésta."
Ernesto Guevara
.

Si preguntan por mí
diles que hoy apuesto a que no pierdo
hoy que nuestras almas confluyen
y los ideales se hacen perpetuos.
Diles que me levanté con el pie izquierdo.

Si preguntan donde voy
diles que la furia no es suficiente
que hoy mis pies quieren andar
por los tortuosos caminos de Oriente.
Diles que corro a favor de mi corriente.

Si preguntan como estoy
diles que hoy cultivo la virtud de aprender
que mis entrañas grávidas de amor
las ampara mi anatomía de mujer.
Diles que no hay barrera que me haga ceder.

Si preguntan lo que hago
diles que aquí no cerramos los ojos
que hoy construyen nuestras manos
ese otro mundo que anhelamos todos.
Diles que soñamos en perenne insomnio.

Si preguntan lo que creo
diles que es cierto, una vida no alcanza
que aunque no lo palpen nuestras manos
no nos rendiremos ante estas batallas.
Diles que nadie nos quita esta esperanza.

Si preguntan por qué sigo
diles que no hay cabida a las perezas
que hoy la brújula apunta al sur
y nos guía en nuestras proezas.
Diles que creemos con entera certeza.

Si preguntan por qué río,
diles que no es inercia, que es euforia
que hoy me grita y me incita el corazón

a rodar por el sendero circular de la victoria.
Diles que es hora de escribir nuestra historia.