domingo, 31 de octubre de 2010

Sin que sepas de mí.

El día que me vaya
será el más normal de todos:
no habrá desfile de oropeles y sonajas
ni un elenco de voces disfrazadas.
Todo seguirá su curso noble
con su insoportable simetría:
el sol no vendrá a abrirnos la noche
ni la luna a reinar durante el día,
no serán fantasmas los fantoches
del teatro cotidiano,
ni tendremos manos por orejas
que aplaudan todo lo profano,
ni mucho menos viceversa.
Me iré con la intención de un peregrino:
dispuesta a marcharme sin retorno
por los sabios caminos de otro mundo
sin un único destino,
sin el lastre del tiempo más remoto.
Me iré envuelta en mis silencios
razón de lo que callo y lo que digo,
de mi no escucharás ni un sólo ruido
ni un susurro, ni un murmullo,
ni el rumor más leve del aliento
que sale de las fauces del olvido.

1 comentario:

Necia, me dicen... dijo...

Me encanto Tocaya!!