sábado, 14 de julio de 2007

Asumiendo

A medio paso de tu amor
erré el camino y me perdí
ni siquiera a tientas pude

encontrar la ruta hacia ti.

No sé quien robó los cables
ni donde fue a dar el mapa
tal vez se esfumó en la brisa
o fue a parar a la nada.

No dejé dañar la brújula
esta vez se me perdió.
No sé si fue por azar
o por equivocación.

Dudando de nuestras dudas
sobre un hilo titubeaba,
mientras tu suave simetría
en otros labios encajaba.

Se desgarró un poco el corazón
te incrustaste como un anzuelo
dolieron (un) tanto las heridas
fue difícil sacarte de adentro.

No sólo entendí mis razones
sino también las tuyas,
no se puede atascar el amor
hay que dejarlo que fluya.

Pero hoy he vuelto a sonreír
igual el mundo sigue girando,
ya que el muerto se murió
ya que al fin pude enterrarlo.

De eso se trata la vida
de curarse y saber aprender
hasta que alguien te rescata
y te vuelve a enfermar otra vez.

3 comentarios:

Federico Medrano dijo...

Escribes como me gustaria escribir a mi, Vero. Esa libertad de rima que logras entre los versos, sin dejar de lado la con-sonancia... Terrible. Me alegro de que por fin ya estes de este lado.

Anónimo dijo...

mmm...

Anónimo dijo...

La juventud está llena de esas pequeñas historias.
Ah, ah; hey, hey...
That's a lesson of love!
Dicen que el corazón de una mujer es un profundo océano de misterios; pero con el pasar de la vida y los años, a estos versos con etiqueta de "No es la primera ni será la última vez" no les aguarda otro destino que el de morir ahogados, definitivamente -y para siempre- cuando aprendemos a mirar el mundo del otro lado del cristal y comprendemos el verdadero significado del amor.

¿Recordar es vivir?... :S Olvidar es volver a nacer. ;)