martes, 30 de septiembre de 2008

Dime.


02 de Agosto de 2008


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Dime si fue nuestra la noche,
si en la claridad lustrosa de la luna
se tejieron en algún momento nuestros nombres,
si en los charcos de la ciudad lluviosa, y a oscuras
se vieron reflejados nuestros ojos diminutos
mientras se acercaba aún más mi mano hacia la tuya.

Dime si caían gotas a mansalva
si hubo tiempo de enterrar a varios palmos
la amargura colosal que nos sobraba
o estuvimos algún día en el resguardo improvisado,
por ver el cielo torrencial, irreverente y generoso,
siempre a la espera de los cuerpos empapados.
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Dime si fue fugaz como un relámpago,
si el fragor de dos gotas estrellándose en el suelo
desviaron de repente mi mirada,
o si fue en algún descuido,
cuando los remolinos de hojas secas y de viento
se ganaron mis ojos abstraídos,
en que fue nuestra la noche.
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3 comentarios:

Anónimo dijo...

que se puede decir, al leer tu blog, me encanto. ya tendre mas tiempo para leer mas. te felicito.
Luis Abarzúa G, Santiago de Chile.
l_abarzua@hotmal.com

Anónimo dijo...

Creo que tienes un fanatico de tu pluma.
Luis Abarzúa

Alexei Tellerias dijo...

Esto lo escribí sentado en un pabellón de la feria del libro el año pasado.


Dime,
Si es común este latir compartido,
presagio del inevitable destino
de nuestras historias personales
en el preciso impacto de nuestras coincidencias.

Explicame,
qué de pasion guarda encerrado
este abrir y cerrar de los ojos
que sana y purifica
como primer aguacero de mayo.

Responde si estas miradas penetrantes
son una leve manifestación del anhelo de nuestra piel
que ese deseo de encontrar nuestros labios de frente
no va mas alla de una fascinación del subconsciente,
observando a nuestras almas ser tan organicas como dos gotas de agua
y descubrirendo que es ilusión esa primera vergüenza de estar juntos.

dime si son de amor las caricias de tu mirar.
las que me incendian con el solo roce de tus ojos
sobre la topografía de mi piel.

Dime, antes de que el tiempo vuele y nos separe
porque la noche no perdona el tiempo perdido.

Hay tanto que pedir o decirte
mientras te cubres con el manto de la vergüenza
pero hoy solo me queda preguntarme y preguntarte:
son de amor tus furtivos besos?