sábado, 15 de septiembre de 2007

Poesía para una ex-musa.

"Algo se detuvo en punto muerto,
fue tan grande ese silencio,
fue tan grande el desamor."
La despedida, Fito Páez
.
.
Niño mío.

Niño mío, son tus ojos
raudos, cristalinos
que me miran
y que miro con ternura.
O es su brillo
blanco, claroluna
que ilumina
y no duermo.

Niño mío, son tus manos
con su trémula gracia
que me tocan
y que enlazo con las mías.
O es su audacia
despierta, sutil
que construye cada día
nuevos mundos.

Niño mío, son tus labios
suaves, cálidos
que me besan
y me hundo en las alturas.
O es su magia
impregnada de locura
que me obliga
a quedarme.

Niño mío, eres tú
necio, subversivo
a quien grité a la brisa
que te quiero.
O son tus formas, tu sonrisa
que despojan ya mis miedos
y no existe
espacio-tiempo.

Por eso creo
el cómo apareciste
y en qué momento:
así, sin prisa
y justo a tiempo.
Y hoy decreto, niño mío
que es amor.
Hoy le creo al corazón.
.
.
Otra vez, cada mes.

Ahí viene mi niño, otra vez
con su aire pausado, calmado
a hacerme vibrar, otra vez
con el tierno calor de sus manos.

Ahí viene mi niño, otra vez
mientras en este poema le escribo
que reiremos juntos, otra vez
por la ciudad y todos sus caminos.

Y ahora, ¿qué le diré?
que esta loca lo espera
una vez y otra vez.

Viene cargando las hojas de otoño
y en ellas tejidos pedazos de historias
hojas que guardó para mi en este Agosto,
historias hermosas carentes de gloria.

Viene otra vez, viene radiante
con lunas, canciones y el sol en su tez
también con su voz, suave y brillante
detrás de la aurora, ya llega este mes.

Y ahora, ¿qué le diré?
que aguardo por su estela
cada mes, cada mes.

Viene fluido, montado en un pez
y un dragón enorme tatuado en la piel
con risas, sonrisas y besos de miel
y un manuscrito tallado al revés.

Viene mi niño, viene mi amor
a llenarme la vida de luz y color
con versos, sus ojos, un gran corazón
y besos que me hacen perder la razón.

Y ahora, ¿qué le diré?
que aguanto serena
otra vez, cada mes.

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