jueves, 3 de enero de 2008

Primera plana.

.
Ha muerto,
mucho a poco en el ocaso,
tras su huella de rutina,
asolando verso y tinta
en su parnaso.
Con la cara impávida,
él mismo se acostó
bajo su lápida.

Ha muerto,
desgastado y polvoriento
esparciendo sus pedazos
tras su paso
al ras del suelo.
Sin adioses ni consuelos,
ha muerto de repente,
y me ha dejado sus recuerdos.

Ha muerto,
sólo y escondido.
Se ha ido, no lo encuentro,
está roto y abatido.
Ya no viste su eco
de estruendos mi risa,
ni en su latir dorado
se inventan mis días.

Ha muerto,
apostándose su suerte
y sin más nada que perder.
Muchas veces ha muerto,
por tantas calles crueles
mendigando amor
en el parque de una fuente,
ante un farol.

Ha muerto,
y se ha llevado mi sonrisa,
sin tapujos ni cuidados,
me dejó una mueca efímera
y que agoniza.
Se esfumaron mis angustias
y de mi sangre las heridas
que fulgían.

Ha muerto.
O tal vez se ha marchado
tras el paso del tren
y de los días.
Sin advertir siquiera,
ha muerto absorto,
desvencijado y triste.

Si ha muerto
o se ha marchado,
qué más da.
Igual no está.

2 comentarios:

Anónimo dijo...

Vero!!
Te estas pasando de la raya, vieja, en serio. Deberias de darle publicidad a esta pagina. Eres poeta!! En serio, mucho mas que muchos de nosotros.

Lo dejo anonimo pero sabes quien soy.

Wasarry dijo...

Yo aunque con tiempo de retraso estoy de acuerdo con el cobarde, digo, el anónimo...eres poeta.